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Cinco hallazgos arqueológicos que avalan la fiabilidad de los evangelios

1.  El osario de Caifás.


En noviembre de 1990, unos albañiles que estaban construyendo un parque acuático en el Bosque de la Paz, al sur de la Ciudad Antigua de Jerusalén,  entre Haas Tayelet y Abu Tor, dieron con un enterramiento  sellado desde la guerra contra los romanos de 70 e. v. En un  osario por lo demás ricamente decorado, una arqueta de caliza blanda tallada destinada a guardar los huesos de los difuntos una vez que la carne se había descompuesto, había sido toscamente escrito en arameo el nombre Caifás. Este nombre y los de los familiares enterrados con él ponían de manifiesto que la pequeña tumba de fosa era el panteón familiar del sumo sacerdote Caifás mencionado directamente en Mateo, XXVI y Juan, XVIII por el papel que desempeñó en la ejecución de Jesús. Se trata de un vínculo directo con los relatos evangélicos de la Crucifixión.

Ver también: "Arqueólogos israelíes descubren un osario de 2.000 años de una hija de la familia de Caifás".

2.  La inscripción de Pilato. 


En 1962 unos arqueólogos italianos que estaban retirando arena y maleza de las ruinas del teatro de Cesárea Marítima, sede durante largo tiempo del gobierno romano en la ribera oriental del Mediterráneo, descubrieron una inscripción  que llevaba el nombre de Poncio Pilato. Se le había dado la vuelta para ser reutilizada en la renovación del teatro efectuada en el siglo IV e. v. por ello había permanecido oculta y se había conservado hasta nuestros días. La inscripción latina conmemora la dedicación por Pilato de un Tiberium, un edificio público erigido en honor del emperador romano Tiberio, del mismo modo que la ciudad había sido construida para honrar a su antecesor, César Augusto. La inscripción venía a resolver las disputas de los especialistas en tomo al título exacto de Pilato y al tipo de autoridad  que ostentaba, por cuanto era llamado en él prefecto y no procurador, cargo de rango inferior; pero fue acogió con mayor entusiasmo aún por tratarse del primer testimonio físico de la existencia de un personaje tan destacado del Nuevo Testamento.

3. La casa del apóstol Pedro.


En 1906 fueron descubiertas las ruinas de un edificio octogonal en unos terrenos de Cafarnaum bajo la custodia de los franciscanos. Se trataba de la iglesia bizantina en la que se había convertido «la casa del príncipe de los Apóstoles», de la que hablaban los peregrinos antiguos. Entre 1968 y 1985 los arqueólogos franciscanos Virgilio Corbo y Stanislao Loffreda trabajaron en es; estructura octogonal y sus alrededores y sacaron a la luz sus complejísimos estratos. En el siglo V e. v. fue construida una iglesia octogonal sobre una iglesia-casa que databa del siglo IV, erigidas ambas encima de una sencilla casa con patio construida inicialmente en el siglo I a. e. v En el estuco que recubría una de las habitaciones habían sido garabateados ya en el siglo II  e. v. una serie de curiosos ejemplos de invocaciones cristianas en arameo, hebreo, griego, latín y siríaco. Como no había ningún tipo de utensilio doméstico y la sala  había sido revestida de yeso varias veces, las primeras generaciones de cristianos debieron de considerar que la sala era importante en algún sentido. La conclusión de los arqueólogos fue que se trataba de la casa del apóstol Pedro.

4. La barca de Galilea.


La grave sequía que sufrió la región a mediados de los años ochenta provocó un notable retroceso del nivel de las aguas del mar de Galilea. Cuando se alcanzaron las cotas más bajas en enero de 1986, dos miembros del kibbutz Ginnosar  observaron el contorno de una barca enterrada en el limo  de la ribera que había quedado al descubierto. El agua y el barro la habían preservado para los arqueólogos de la Dirección de Antigüedades de Israel, pero una vez sacada a la luz, los conservadores tuvieron que luchar contra el tiempo y la crecida de las aguas para recuperarla.  Con la ayuda de un dique improvisado y de unas bombas se logró contener la subida de la marea y mediante un armazón de yeso se consiguió reflotar la embarcación y sacarla a la orilla. Hoy día la barca de aproximadamente 2,5 m x 7,8 m se encuentra en unas climatizadas construidas en el kibutz. Las vasijas y las lámparas halladas en el interior de la barca permitieron datarla en el siglo I e. v., y el análisis con carbono de las planchas de madera han confirmado dicha datación. Se trataba de una barca de la época de Jesús, del  tipo utilizado habitualmente para la pesca o para cruzar el lago. Desde luego cabían en ella trece personas. Actualmente suele llamarse la «Barca de Jesús».

5. El crucificado.


En junio de 1968 Vassilio Tzaferis, de la Dirección de Antigüedades de Israel, excavó ciertas tumbas situadas en cuevas al nordeste de Jerusalén, en un lugar llamado Givat Hamivtar. En el interior de la necrópolis se  descubrió una tumba familiar excavada en la roca del siglo I e. v. en la que había cinco arquetas-osario, una de las cuales contenía los huesos de dos hombres adultos y los de un niño. Los huesos del talón derecho de uno de los hombres, de aproximadamente 1,63 m  de estatura y de unos veinticinco años de edad, habían sido traspasados por un clavo de unos 12,5 cm. A la parte exterior del pie se había clavado una pequeña tabla de madera con el fin de que no pudiera liberarlo del clavo, aun a costa de desgarrárselo. Pero el clavo se había despuntado al chocar con la dura madera de olivo de la cruz y no pudo ser arrancado del cadáver, de modo que cuando éste fue retirado de la cruz el clavo y la plancha de madera siguieron adheridos al pie. Los brazos de la víctima no habían sido clavados con clavos, sino atados a la viga transversal de la cruz, y las piernas no estaban partidas. Contrariamente a la práctica habitual, se había permitido retirar el cadáver de la cruz para que recibiera un enterramiento digno en la tumba de la familia. En el osario constaba el nombre del difunto, Yeochanan (la forma hebrea y aramea de Juan), el Crucificado.

Fuente: Libro "Jesús desenterrado" de John D. Crossan y Jonatahan L. Reed

NOTA: Los comentarios, recursos y documentación publicados en este Blog, son de diversas fuentes y ministerios, por lo que no necesariamente concordamos con la totalidad de ellos.

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